lunes, 5 de mayo de 2014

Esto no es el final, es solo el principio

El Oviedo Baloncesto pone fiin a una temporada de ensueño tras caer derrotado por 51-63 a manos del Palencia


La mejor temporada de las historia del baloncesto en Oviedo finalizó la noche del domingo tras la derrota del Unión Financiera Baloncesto Oviedo frente al Palencia Baloncesto. Una temporada de ensueño en la que se ha devuelto el amor al baloncesto a la ciudad de Oviedo y en la que se han batido todas las expectativas. Ahora, deportivamente, Oviedo no es conocido solo por el fútbol, también por el baloncesto y por el fortín de Pumarín, en el que nadie le pudo arrebatar ningún triunfo el equipo de Guillermo Arenas durante 16 meses.

Tiro de Álvaro Muñoz
Foto: María Rodriguez
Todo esto es gracias, además de al cuerpo técnico, a la directiva y a los colaboradores, a los jugadores. Esta temporada ha llegado un grupo de excepcionales jugadores que, con mucho trabajo y esfuerzo, han conseguido grandes hazañas. Algunos se irán, esperemos que pocos, pero nosotros siempre los recordaremos como el grupo que le devolvió a Oviedo el amor por este bello deporte. Y a la gran afición que ha ido aumentando y que ha convertido en algo habitual el "no quedan entradas" en las puertas de Pumarín. Esa afición que, cuando las cosas más duras se ponían, han apoyado a su equipo para llevarlos en volandas hacia la victoria.

El partido empezó con un parcial de 7-0 con Fran Cárdenas enchufado que fue cortado rápidamente por los palentinos. Los de Natxo Lezcano sabían de la importancia de no dejar que un equipo como el Oviedo se escapase y, lo más importante, que marcase su ritmo. Porque si el Oviedo se siente cómodo, pocos rivales pueden con él. Durante toda la primera mitad de partido el Oviedo se sintió cómodo. Manejaba el marcador, por pocos puntos, pero siempre estaba por delante. Pero a mi el partido me daba mala espina, me estaba recordando demasiado al segundo partido en Palencia, en el que empezamos con un buen parcial, estuvimos toda la primera parte igualados y, al descanso llegábamos ganando por poco. Y eso sucedió, los jugadores se fueron al descanso con un 28-25 en el marcador.

Cárdenas entrando a canasta
 Foto: María Rodriguez
El tercer cuarto fue desesperante, no entraba un tiro, ni para unos ni para otros. El Palencia, también con poco acierto, supo aprovechar los cinco puntos de los asturianos en todo el cuarto para llegar al acto definitivo por encima, 33-34.

El último cuarto estuvo plagado de intentos de remontada por parte local, pero los palentinos supieron mantener la calma para llevarse la victoria. Los buenos parciales asturianos eran cortados por un triple estratosférico o por un gran parcial. Aunque no quisiéramos creérnoslo, la derrota iba a allegar. El resultado no refleja lo que fue el partido, tendría que haber sido más apretado, pero nada se le pudo hacer. La temporada finalizaba en Pumarín, con una derrota en las semifinales de un play-off de ascenso a la ACB contra un grandísimo equipo como es el Palencia, y en la primera temporada de los de Arenas en la Adecco Oro. Estadísticas

El MVP fue Roger Fornás (24 val.) y el mejor de los asturianos fue a parar a Kevin Van Wijk (17 val.). Tanto el público como los jugadores estaban invadidos por una sensación rara. Por una parte, tristeza. No por la derrota, ni mucho menos, sino por el final de una grandísima temporada y, por saber que, aunque algunos jugadores se queden, un grupo así jamás volverá. Por otro lado, la alegría de saber que hemos vivido una gran temporada y de que, con las obras, Pumarín rugirá la próxima campaña más fuerte y mejor. Porque la andadura del Oviedo en oro no ha hecho más que comenzar.

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