sábado, 3 de mayo de 2014

Grande no, Pumarín, ENORME

El Oviedo Baloncesto ganó 79-76 en una noche mágica en Pumarín

Otro partido épico el que hemos vivido este viernes en el polideportivo de Pumarín. Llegábamos con un 2-0 en la eliminatoria y, en una espectacular remontada, pusimos un 2-1.
17 puntos en los últimos tres minutos, impresionante. Y todo esto para poder volver a disfrutar del baloncesto este domingo y para luchar por el pase a la final.

El partido no empezó bien para los asturianos. En los tres primeros minutos las cosas fueron bien pero, tras dos tiros libres anotados por Urko Otegui, los palentinos se fueron en el marcador. Todo les entraba y nosotros no encestábamos una. Esos triples de Álvaro Muñoz y Víctor Pérez que, normalmente, nos hacen levantarnos del asiento, no acababan entrando. Esto se estaba empezando a parecer al primer partido en Palencia, llegándose al final del primer cuarto con un 12-22.

Tiro libre de Diego Sáncez
Foto: Cristina Romero
En el segundo cuarto, los jugadores sabían la importancia de no llegar al descanso muy abajo, a poder ser por menos de 10 puntos, y lo consiguieron. El Palencia, liderado por Guillermo Rejón, no dejaba que los asturianos se acercasen. Pero dos triples seguidos de Álvaro Muñoz volvieron a meter al Oviedo en el partido. Tras un intercambio de canastas entre los dos conjuntos, el Oviedo Baloncesto logró ponerse 9 abajo al final del segundo cuarto (31-40) para irse a los vestuarios con posibilidades y con, una de las cosas más importantes en este equipo, el público muy enchufado.

El comienzo de la segunda mitad del partido fue grandioso. Los de Guillermo Arenas salieron muy enchufados, con un Víctor Pérez que no fallaba un triple y, con una gran cantidad de rebotes recuperados. Esto sumado al poco acierto de los visitantes, hicieron que los ovetenses empataran el partido tras un parcial de 13-0. La afición animaba más que nunca, y al Palencia se le complicaban las cosas.  Pero a los jugadores del Palencia no les entró el miedo, y le dieron la vuelta a la tortilla con un gran parcial para ponerse 51-60 al final del tercer cuarto.

Víctor Pérez entrando a canasta
Foto: Cristina Romero
El cuarto cuarto empezó con un amago de remontada de los ovetenses. Un parcial de 5-0 ponía a los de Guillermo Arenas cuatro abajo (56-60). Pero, los jugadores de Natxo Lezcano volvieron a mantener la calma, consiguiendo otro buen parcial en el marcador que, a cualquier otro equipo y en cualquier otro pabellón, hubiera suponido la eliminación del equipo que iba perdiendo. Pero somos el Oviedo y esto es Pumarín, nada es imposible. A tres minutos y medio del final y, con 14 abajo y tras una canasta de Fran Cárdenas, comenzó la remontada. El Palencia no volvió a anotar en todo el partido, y el Oviedo no paró de enchufar canastas. El héroe del partido, Víctor Pérez, hizo levantarse una vez tras otra a la grada del Fortín. 20 segundos y 75-76. Dos tiros libres fallados de Juan García, el partido parece que se nos escapa, pero este mismo recogía un rebote para que Víctor Pérez anotara una bandeja. En la siguiente jugada, una antideportiva sobre este último, en la que el escolta sevillano anotaba los tiros libres, decantaba el partido de parte del Oviedo. La grada era una fiesta, pero en un tiro sobre la bocina medio calléndose de Mikel Feliu, pudo empatar el partido. No fue así. Pumarín se convirtió en una fiesta al ritmo del "Sí se puede". La remontada todavía es posible.

El MVP del partido fue Urko Otegui (30 val.), seguido por "el shooter", Víctor Pérez (25 val.). Me gustaría hacer una mención especial a la afición, que nunca dejó de animar y que, estoy seguro de que este domingo llenaran las gradas de Pumarín. Estadísticas

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